Biografía y obras:
Nació en Caracas (Venezuela) el 9 de febrero de 1948. Desde temprana edad se siente atraído por el arte, y su compañera de estudios Josuné Dorronsoro, que será una reconocida historiadora de la fotografía, lo anima en esta vía. Sus primeros pasos artísticos los da hacia 1973 en la cerámica: toma clases con Hiroshi Kawagiri y abre un taller con su esposa María Victoria Babi, donde fabrican piezas utilitarias. En 1975, realiza un viaje por América Latina, y el contacto con las culturas precolombinas lo conforta en su deseo de convertirse en escultor. En 1976, colabora como ilustrador y fotógrafo en la revista literaria de Maracay “En ancas”. Inicia con éxito su actividad expositiva: participa en el II Salón Nacional de Escultura de Pequeño y Mediano Formato (Valencia, Estado Carabobo) , y gana el Premio a la mejor obra con “Comadreo”, dos personajes realizados en terracota. Entre 1977 y 1978, toma clases de dibujo en el Instituto de Diseño Neuman y en la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas. Su primera exposición individual tiene lugar en la Galería Centro Bella Vista, Porlamar. Recibe mención honorífica en el IV Salón Nacional de las Artes del Fuego (Valencia).
Cronológicamente corresponde a las penúltimas promociones del arte venezolano, de las que siempre se supo escultor, es una intuición que es frecuente cuando el arte es esa semilla que creciendo hasta que se rompe corteza para convertirse en un destino específico. Forma parte de esa generación de los años ochenta de la cual no puede decirse que sea pesimista. Simplemente
es una generación menos inclinada a creer en la virtud de las teorías y en la felicidad que debería resultar del crecimiento económico mundial. Es una generación escéptica que no se contenta con reiterar sus dudas. Es un escultor muy representativo de su tiempo por haber dado un ejemplo de la recuperación de lo individual en el arte algo que los movimientos de las últimas décadas habían puesto de lado, tal vez, por obediencia a las tendencias y modas internacionales del momento.
Su obra simbólica y figurativa se instala en el medio venezolano e internacional marcando en ella el hallazgo de todos los recursos de lo individual, sus responsabilidades propias, su capacidad de revelar verdades dramas de este tiempo.
Bibliografía: Abigaíl Varela Catálogo exposición Galería Freites, prólogo Elida Salazar, año 1999.
1 comentario:
Adoro las esculturas que tienen que ver con la figura humana, y cuando esta se retrata con un estilo particular... pues mucho mejor.
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