Biografía y obras:
Nacido en 1936 en Venezuela, Darío Pérez-Flores
estudió en la escuela de Bellas Artes en Valencia y en la Universidad Central
de Venezuela. Se unió al movimiento óptico en 1970; en ese mismo año se
traslada a Francia, para culminar en 1973 sus estudios de Artes Plásticas en la
Universidad de Vincennes-París VIII, bajo la dirección de Frank Popper.
Actualmente reside y trabaja en París.
El Arte Cinetico:
Este término apareció por primera vez en 1920
cuando Naum Gabo en su Manifiesto Realista rechazó “el error heredado ya del
arte egipcio, que veía en los ritmos estáticos el único medio de creación
plástica” y quiso reemplazarlos por los ritmos cinéticos: “formas esenciales de
nuestra percepción del tiempo real”. Es la tendencia de las pinturas y las
esculturas contemporáneas de producir impresión de movimiento. El nombre tiene
su origen en la rama de la mecánica que investiga la relación que existe entre
los cuerpos y las fuerzas que sobre ellos actúan.
Para Pérez-Flores el color actúa inicialmente
como vehículo para la creatividad, la percepción, el espíritu y el sistema.
Luego de los primeros trabajos en escultura, elementos móviles en metal y
acrílico, elaboró sus primeros relieves, tramas móviles accionados por motores,
cuyas líneas se mueven al mismo tiempo en sentido vertical y horizontal sobre
un fondo, modificando de esta manera la relación espacio-profundidad-color.
Durante los años 80 el artista venezolano
comenzó a agregar colores a sus pinturas secuenciales, nombrando la serie
"Prochromatique". Estos trabajos crean una vibración óptica sutil que
atrae al espectador hacia su centro, estimulado por una emoción visual y
misteriosa. Debido a el uso de verticales en la relevación contra un fondo
lineal, las pinturas de Pérez-Flores son similares a las de Jesús Soto, de
Yaacov Agam y de Carlos Cruz-Díez, aunque se distinguen por el uso de la
vibración del espectro del color para producir un sutil efecto de arco iris.
La serie de trabajos diagonales,
dinámico-cromáticos, creados en los inicios de los años 90, demostró estos
aspectos particulares de la teoría del color del artista, especialmente la
función del color como medio sutil en la realización del fenómeno del espacio
ligado al dinamismo cinético del trabajo.
En su planteamiento reciente, Pérez-Flores
intenta superar sus estructuras matemáticas con una manipulación ilustrada del
espacio ofreciendo un sistema de la plasticidad formal. Las pinturas exhiben un
movimiento simulado, que se alcanza a través de la combinación de líneas coloridas
pintadas en paneles con barras secuencialmente suspendidas, paralelas a la
superficie de la pintura. El espectador en la actualidad inicia los movimientos
sutiles de los trabajos con su propia introspection y percepción de diversos
valores coloristicos.
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